sábado, 2 de enero de 2010

EN DUBAI NO SE PUEDE.....

Verón: "No completamos el sueño" ME FALTARON LAS PASTILLAS……LOS CONTROLES EN DUBAI NO SON JODA…….
La Brujita fue reconocido como el segundo mejor jugador del torneo; "muchos creían que nos iban a bailar y se pegaron un susto bárbaro", dijo
Por Francisco Schiavo Enviado especial 20 de Diciembre de 2009 - 00:06
Fotos Fernando Massobrio - Enviado especial

ABU DHABI.– Desgarra el alma verlo herido. Con el corazón despedazado arrastra su dolor por un sueño hecho añicos. ¡Y pensar que estuvo tan cerca! Si faltaban sólo dos minutos para alcanzar el gran objetivo... Que lástima, parece decir con cada meneo de su cabeza. La vista perdida en un punto fijo busca una razón para no quebrarse y mantenerse erguido. Es el gran capitán del campeón de América. Juan Sebastián Verón, el emblema de Estudiantes, soportó estoicamente ese eterno final que consagró a Barcelona como el mejor de todos y a él lo dejó vacío.
Un consuelo demasiado pequeño eso de haber sido reconocido con el Balón de Plata, como el segundo mejor jugador del torneo. Había que verlo con ese gesto cargado de fastidio y amargura, cuando junto con Lionel Messi era distinguido con el premio de mejor futbolista del certamen. Porque fue Verón el que terminó todo acalambrado detrás de ese gran anhelo. Pensando que su Estudiantes podía dar ese último paso cargado de gloria. Es que era el broche ideal para una tremenda campaña. "Muchos creían que Barcelona nos iba a meter tres o cuatro goles, que nos iba a bailar, pero el equipo se mató, dejó todo en la cancha y se pegaron un susto bárbaro", dijo la Brujita.
Fue siempre el símbolo del equipo, desde el juego, la entrega, la palabra y la claridad para conducir al León. El rostro bañado en sudor fueron algunas de las señas particulares de Verón durante la noche en el estadio Bin Zayed Sports City. Incluso, en el festejo ajeno, cuando recibió el respetuoso saludo del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el afectuoso beso del presidente de la AFA, Julio Grondona. Si hasta Thiery Henry lo buscó para manifestarle su consuelo y la Bruja le respondió con un gesto amable.
La bronca de Verón fue evidente durante la entrega de premios y cuando se cruzó con Messi apenas se saludaron con un beso. El capitán de Estudiantes estaba demasiado dolido y eso se tradujo en varias de sus palabras: "No completamos el sueño. No pudimos cerrarlo. El equipo entregó todo. Si la gente se siente orgullosa es porque el equipo entregó todo. Les agradecemos el aguante".
Es que es él quien eligió cargar sobre su espalda el peso de la historia del equipo platense. Y los hinchas lo aman. Por eso, aún cuando la derrota hervía en la venas de los hinchas eligieron reconocer a su capitán con ese grito orgulloso "Bruja, Bruja". El número 11 en las camisetas de los hinchas de Estudiantes no son producto de la casualidad, sino un homenaje al hombre que los llevó hasta el escalón más alto de América, los trajo hasta aquí, los puso en la final y estuvo apenas a un pasito de cristalizar el máximo deseo.
El análisis del partido se concentró en el reconocimiento al plantel. Al esfuerzo colectivo de sus compañeros, esos que entienden que Verón es el gran gurú del grupo. "El primer tiempo fue bueno. En el segundo era obvio que ellos nos iban a meter adentro del arco. Pero la verdad es que no fue tan agobiante. Lo cierto es que era de esperar algo así porque tienen muchas variantes. Eso se notó y siempre es así. Ahora, para todo lo que viene tenemos que seguir con la misma mentalidad".
Y continuó: "No haber podido cerrar el partido son esas cosas del fútbol que no se pueden explicar demasiado. Estábamos al límite, con jugadores que dejaron todo, pero que no estábamos en plenitud física y eso se siente. Pusimos mucho corazón. Ellos no tuvieron grandes situaciones. El gol viene de una jugada sucia y el cansancio te hace no estar tan lúcido", dijo Verón, con la calma de siempre y dando muestra de su tremenda capacidad para saber qué decir y cómo hacerlo.
Las postales que quedarán del partido serán la mejor prueba de lo que vivió Verón allí dentro. Acalambrado y casi exhausto, eligió terminar dentro del campo. Dio indicaciones hasta el último instante. Y hasta colocó un tiro libre en la cabeza de Desábato que pudo torcer la historia. Estaba claro que no quería guardarse nada. En definitiva, el corazón de siempre, de él y de todos sus compañeros. Y claro, una idea que buscarán extender en el tiempo.
"Es difícil hablar ahora acerca de los próximo objetivos. Lo concreto es que por delante tenemos la Libertadores y el Clausura. Esos son los objetivos que nos trazamos, incluso, antes de este torneo. Hay que seguir con esta mentalidad". Esas fueron las últimas palabras de Verón antes de encerrarse en el vestuario junto con sus compañeros. Con el alma herida, pero con el orgullo

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