martes, 25 de mayo de 2010

JUAN CURUTCHET


Martes 25 de Mayo de 2010 | El tiempo me ha sentado varias veces frente al mejor ciclista argentino de todos los tiempos, y la sensación es siempre la misma. Juan Curuchet es hombre de palabras concretas, intensas, cargadas de contenido y con el sello indeleble del trabajo y el esfuerzo.
PorAlejandro Klappenbach- Especial para LA GACETA

1) ¿Puede decirse que hay un "mejor ciclista de todos los tiempos"?

Diría que hay dos. De la historia elijo a Eddy Merckx, el belga que ganó todo lo que corrió. Y de los que tuve la suerte de ver, el mejor fue el español Miguel Indurain, que barrió cinco veces seguidas el Tour de France. Los demás vienen después.

2) ¿Podés elegir un compañero arriba de la bicicleta?

Arriba y abajo, mi hermano Gabriel. Fue con quien mejor conviví en los entrenamientos y quien mejor me conoció. Entre varios; sin dudas él. Es un hombre honesto, con mucha capacidad de trabajo y una inmensa pasión por lo que hace. Me enorgullece ser su hermano.

3) ¿Y un rival?

El ciclismo tiene mucho de soledad, de estar solo arriba de la bicicleta. El nivel de sacrificio es altísimo, quizá como en ningún otro deporte. En ese contexto, mi objetivo era superarme, dar más de lo que ya había dado. Por eso mi rival siempre fui yo mismo, siempre tuve el objetivo de superarme día a día.

4) ¿Un momento que recuerdes?

Todos en los que pueda ver la sonrisa de mis hijos. Y arriba de la bicicleta, la medalla de plata que ganamos en la Madison del Mundial de 1995 junto con Gabriel. Tres meses antes de eso me habían sacado del equipo argentino en los Panamericanos de Mar del Plata porque decían que estaba viejo.

5) ¿Qué significo el título mundial que ganaste junto a Walter Pérez en 2004?

En lo personal fue cumplir el primero de los dos grandes sueños que tenía en cuanto a resultados deportivos. Recuerdo una gran intensidad adueñándose de cada instante vinculado con ese logro. Para el ciclismo argentino resultó un impacto que pudo y debió aprovecharse de otra forma.

6) ¿Y la medalla dorada de los Juegos Olímpicos de 2008?

Completó la otra parte de esos sueños. No es sencillo explicar lo que se siente cuando te colgás una medalla olímpica. Es tan grandioso que cuesta distinguir qué es lo que viene después, no sabés cómo sigue la vida. Yo tenía decidido retirarme, mi carrera tenía una fecha de cierre y poder hacerlo de esa manera, con esa conquista, me movió todas las estructuras. Alcanzar lo que siempre perseguiste, a los 43 años, en tu última oportunidad es algo que no pasa todos los días. Y enterarte que son apenas 17 los oros olímpicos de Argentina en toda la historia, le da una dimensión histórica que potencia aun más las sensaciones humanas y personales.

7) ¿Cómo definirías a Walter Pérez, tu compañero en Pekín?

Es un extraordinario ciclista, de los mejores del mundo técnica y tácticamente. Pero más allá de sus tremendas condiciones, es una lástima que tenga tan pocas ganas de entrenarse.

8) Tus dos máximos títulos fueron en la Madison. ¿Qué significa esa prueba en tu vida?

Primero fue una inspiración, luego una obsesión por la perfección, más adelante una especialidad. Desde siempre mi cabeza y mi cuerpo entendieron cómo era la prueba, técnica y tácticamente. Y también me gustaba que el plan de entrenamiento de la dupla siempre fue mío, eso me hacía sentir seguro y confiado.

9) ¿Cómo te sentís ahora, del lado de la dirigencia del deporte?

Estoy cómodo y ocupado, hay muchísimo por hacer, voy aprendiendo y descubriendo cosas nuevas. Después de tanto tiempo compitiendo tengo claro que hay que trabajar para el deportista, que no se le puede fallar, más allá de los impedimentos que se encuentren en el camino. Mi principal objetivo es que se puedan pensar y desarrollar los proyectos a mediano y largo plazo, que sean viables y sostenibles desde lo deportivo y económico.

10) ¿Cuál es tu impresión sobre el actual presidente del Comité Olímpico Argentino?

Gerardo Werthein es un hombre muy capaz, que siente una tremenda pasión por el deporte, que piensa bastante más rápido que todos nosotros, y que se ha situado mucho más cerca de los deportistas que de los dirigentes. Su objetivo es ayudar a los que compiten. No tengo dudas de que va a conseguir la inmensa mayoría de las cosas que se ha propuesto y que su llegada a la presidencia del COA es un gran paso hacia delante para el deporte nacional.

11) Si te pregunto por las personas que más te ayudaron en tu carrera, ¿está en la lista?

Sí, claro, está bien arriba, como Antonio Toledo y Delfor Folgado. Los tres fueron muy importantes para mí en distintas etapas de mi carrera y de mi vida. Aunque por encima de cualquier persona tengo que destacar un grupo: mi familia. Ellos, todos, estuvieron siempre, sin reclamar nada y haciendo los mismos sacrificios que hice yo.

12) ¿Cuál es el cambio más importante que tuvo el ciclismo desde que te subiste a una bicicleta por primera vez?

La evolución en la tecnología y en la preparación del deportista es absoluta, hace 30 años era inimaginable pensar el escenario actual de nuestro deporte. El ciclismo cambió tanto o más que la Fórmula 1. Con la bicicleta de mi primera competencia hoy no podría ni largar, pesaba 12 kilos contra los seis de hoy en día.

13) ¿Un dolor en tu carrera?

Los Juegos Panamericanos de 1995. Todavía me duele que me hayan sacado del equipo argentino con una mentira, diciendo que estaba viejo. Era 100% injusto y el tiempo y los resultados me dieron la razón. A los tres meses de esa ausencia fui subcampeón mundial y 14 años después, en 2008, gané un oro olímpico. ¡Mirá si iba a ser viejo en el 95!

14) ¿Alguna vez te pidieron perdón por eso?

Jamás. Es un tema cerrado por el cual no guardo rencor, aunque tengo memoria.

15) ¿Qué cosas te perdiste por culpa del deporte?

¿Tenés una hora para escuchar? Entre miles, sin dudas tengo que nombrar el nacimiento de cada uno de mis cuatro hijos. ¡¿Sabés lo que es perderte el nacimiento de los cuatro?! Por eso destaco tanto a la familia. Ellos se bancaron millones de ausencias. Me perdí los primeros días de clase, los primeros pasos y todos los primeros que te puedas imaginar. Alguna vez alguien dijo que el alto rendimiento tiene altos costos… Pocas veces una frase encerró una verdad tan grande.

16) ¿Tenés algún vínculo deportivo con Tucumán?
Si no me falla la memoria, debe ser de los pocos lugares del país en los que jamás corrí. Todavía estoy a tiempo de sacarme las ganas.

17) ¿Sin qué cosa no podrías vivir?
Como todo padre, no puedo imaginar mi vida sin mis hijos. Durante mucho tiempo les falté y me faltaron, así que estamos aprovechando cada minuto que tenemos juntos. Fuera de los afectos más cercanos, me costaría sentirme en otro lugar como me siento en Mar del Plata. Mi ciudad y su gente son otra forma de afecto, y tampoco podrían faltarme en este tramo de mi vida.

18) ¿Te gustaría introducir alguna modificación reglamentaria en el ciclismo?
¡Más que reglas me encantaría cambiar a algunos dirigentes! Y fuera de gustos personales, estoy convencido de que es muy necesario hacerlo. Creo que hay demasiados cambios: características de algunas carreras, sistemas de clasificaciones para Mundiales y Juegos Olímpicos, programas de competencias. En términos generales hay un camino que marca la búsqueda de carreras más cortas; más que por pedido, por orden de la televisión. Se entiende una parte de esas exigencias, pero la televisión debería adaptarse también y entender que los pilares de un deporte, su historia y sus tradiciones deben respetarse. Algunas cosas no deben cambiarse jamás, no hace bien tanto cambio tan seguido.

19) ¿Cuánto te duele que el ciclismo tenga tanto olor a doping?
Mi mirada es bien concreta: es el deporte que más encuentra porque es el que más investiga. Las reglas son claras y estrictas contra los que se dopan, y contra quienes favorecen y facilitan los dopajes. A mí, como a muchos, me han llegado a hacer entre 15 y 20 controles sorpresa durante un año y fuera de competencias oficiales. Alguno podrá pensar que es casi una persecución, pero si estás limpio no hay problema para vos y sí beneficios para el deporte.

20) ¿A quién admirabas?
A Juan Carlos Haedo. Me fascinaban su técnica, su táctica, su inteligencia. Lo observé en detalle, lo estudié y copié mucho de él. Era líder por naturaleza, tenía presencia. Si Juan Carlos estaba en una carrera no pasaba inadvertido, todos le prestaban atención porque algo podía hacer.

21) ¿Cómo te imaginás dentro de 10 años?
Una de las cosas que más cambió después de mi retiro es la forma de mirar lo que viene. Antes amaba el largo plazo. Ahora, en cambio, ni siquiera vivo día a día, me encanta disfrutar minuto a minuto y tomar el jugo de cada momento de la vida.

22) ¿Qué te llevó a crear la Fundación para el Deporte Juan Curuchet?
En el último tramo de mi carrera creció mucho en mí la idea de ayudar a quienes quieren dedicarse de lleno al deporte y encuentran limitaciones de distinta índole. Ese es el objetivo, ayudar a que otros no pasen lo que pasamos la mayoría de nosotros. Lo siento casi como una obligación y es, a la vez, una forma de devolverle al deporte todo lo que me dio.

23) ¿Te costó el retiro?
Podría decir que andaba en una Ferrari y que en la última fecha del Campeonato del Mundo hice la pole, gané la carrera y el título. Fue muy fuerte dejar con la dorada colgando del cuello. Ahora ando en un Fiat 600, más despacio, más tranquilo e intentando descifrar cómo es eso de que los tiempos importantes son los de todos y no solamente los míos, porque me preparo para una competencia en particular. Arriba de la bicicleta uno se transforma en egoísta; si no, no avanzás. Abajo, en cambio, se vive menos de a uno, y más de a varios. En ese proceso estoy.

24) ¿Alguna vez pensaste que se iba a escribir un libro sobre tu carrera?
¡No! Me encantó que alguien tuviera la inquietud y que, al mirar mi vida, encontrara varias cosas que valía la pena dejar para los demás. Hace poquitos días estuve en Colombia por los Juegos Odesur y regalé como 200. La gente del ciclismo lo ha comprado bastante.

25) ¿Por qué te tatuaste los anillos olímpicos en el tobillo derecho?
Fue una promesa que le hice a la Virgen de Lourdes, en Mar del Plata. Es el único tatuaje que tengo y juro que no me hago otro: ¡me dolió muchísimo!

26) ¿Qué fue lo más raro de tu vuelta tras el triunfo en Beijing?
No deja de sorprenderme la admiración que me manifiestan personas de tantas generaciones distintas. Un chiquito de 10 años, un joven de 25, un papá de 40, un abuelo de 60 y así hasta la gente mayor. Me sorprende de verdad, no lo esperaba.

27) ¿Tu recepción en la villa olímpica?
Fue un momento muy especial, inolvidable, pero pongo otros dos delante: 1) el himno sonando y la bandera argentina bien arriba; 2) la llegada a Mar del Plata, con cerca de 300.000 personas en la calle. Lo que normalmente se recorre en 15 minutos de auto, nos demandó más de cinco horas. Fue mágico ver que tanta gente a la que no conocía estaba allí, perdiendo parte de su tiempo para saludarme y felicitarme.

28) Si pudieras tomar una medida instantánea para el bien del ciclismo argentino, ¿cuál sería?
No hay fórmulas mágicas, eso lo aprendí hace años. Pondría especial énfasis en potenciar algo que se está haciendo y es el trabajo para bajar la deserción de nuestros atletas de alto rendimiento. Tenemos muy buen semillero infantil, también de cadetes, pero muchos chicos dejan de correr a los 17/18 años. En esa franja hay que trabajar duro porque todavía no podemos contenerlos. La idea es que el ENAR funcione bien en ese sentido, puede ser de gran ayuda.

29) ¿Una utopía?
Contar con dos velódromos techados. Hay un proyecto avanzado para hacer el primero en San Luis. Y el otro me lo prometió la presidenta para la provincia de Buenos Aires. Ojalá que se puedan hacer, sería un gran paso para luchar contra el clima cambiado que tenemos en el hemisferio sur respecto de las grandes potencias.

30) ¿Qué te produce mirar hacia atrás y ver que competiste en seis Juegos Olímpicos?
Representa una gran satisfacción, queda claro que las cosas no fueron fruto de una casualidad. Dar todo siempre debe ser el primer objetivo de cualquier deportista y yo lo pude hacer durante un largo tiempo, lo que no deja de ser un gran privilegio. Y que eso sirva para que al menos una persona me tome como ejemplo de trabajo y perseverancia es un grandísimo orgullo.




ES DE ORO
•Nació el 4 de febrero de 1965, en Mar del Plata.•Participó en seis Juegos Olímpicos: Los Angeles 84, Seúl 88, Atlanta 96, Sydney 2000, Atenas 04 y Beijing 08.•En Beijing obtuvo la medalla de oro, en la especial Madison, formando la dupla con Walter Pérez.•Conquistó la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista de 2004.•Ganó el Olimpia de Oro en 2008 y tres premios Konex.•Múltiple campeón argentino.

domingo, 23 de mayo de 2010

URUGUAY VIEJO Y PELUDO NOMAS!!!!


DESDE EL ARCO por José Mastandrea


La herencia que aún hoy perdura...
La leyenda empezó a escribirse en el Mundial de 1930. Uruguay, el bicampeón olímpico, jugaba la primera Copa del Mundo en su casa. Había que responder, y respondió. Le ganó a la adversidad y a los argentinos en una final memorable.

Ese fue el prinicipio de una historia llena de gloria. Esos mismos hombres que habían inventado la vuelta olímpica, que habían sorprendido al Viejo Continente, ratificaban toda su valía en Montevideo.

Después, lo que todos conocemos. La ausencia celeste en los mundiales de 1934 y 1938 en respuesta al boicot de los europeos y más tarde, el retorno a la Copa del Mundo en 1950.

Veinte años después, otra generación de uruguayos asombraba a todos. La leyenda continuaba con el Maracanazo, con ese triunfo épico que aún hoy sigue impactando.

Por eso, muchos en el mundo no entienden a los jugadores ni a los técnicos uruguayos, no los comprenden. No se explican de dónde sacan fuerzas para superar escollos insalvables.

Esa mentalidad ganadora es hereditaria. Viene de los Nasazzi, de los Obdulio, de todos los que defendieron con garra y corazón a la selección uruguaya a lo largo de la historia.

Hoy emociona ver a este puñado de celestes entrenando y soñando con el Mundial 2010. Hay parte de esa rica historia que los empuja y les exige.

Esa leyenda empezó en aquel lejano 1930...


Ovación digital

viernes, 21 de mayo de 2010

FALTA ONGANIA CUANTA SIMILITUD


CURIOSAMENTE LOS HECHOS SE REPITEN
Partido de Ida
Milan de Italia 3 (Sormani 2 y Néstor Combín), Estudiantes de La Plata (Argentina) 0

Jugado el 8 de septiembre de 1969 en el estadio "San Siro" de Milán.

Milan: Cudicini; Malatrasi, Anquiletti, Rosato y Schnellinger; Lodetti, Rivera y Fogli; Sormani, Néstor Combín (Rognoni) y Prati. DT: Nereo Rocco

Estudiantes de La Plata: Alberto José Poletti; José Hugo Medina, Ramón Alberto Aguirre Suárez, Raúl Horacio Madero y Oscar Malbernat; Carlos Salvador Bilardo, Néstor Togneri, Juan Miguel Echecopar (Felipe Ribaudo) y Eduardo Raúl Flores; Marcos Norberto Conigliaro y Juan Ramón Verón. DT: Osvaldo Juan Zubeldía.


Partido de Vuelta
Estudiantes de La Plata (Argentina) 2 (Aguirre Suárez y Conigliaro), Milan de Italia 1 (Rivera)

Jugado el 22 de octubre de 1969 en el estadio "La Bombonera" de Buenos Aires.

Estudiantes de La Plata: Alberto José Poletti; Eduardo Luján Manera, Ramón Alberto Aguirre Suárez, Raúl Horacio Madero y Oscar Miguel Malbernat; Carlos Salvador Bilardo (Juan Miguel Echecopar), Daniel Romeo y Néstor Togneri; Marcos Norberto Conigliaro, Juan Alberto Taverna y Juan Ramón Verón. DT: Osvaldo Juan Zubeldía

Milan: Cudicini; Malatrasi (Maldera) y Anquiletti; Fogli, Rosato y Schnellinger; Lodetti, Rivera, Sormani, Néstor Combín y Prati (Rognoni). DT: Nereo Rocco


Estudiantes se fue de la Copa con escándalo
06:56|Derrotó 2-1 al Inter, pero no le alcanzó. Sobre la hora, el equipo brasileño marcó el gol de visitante, que le dio el pase a semifinales. Apenas terminado el partido se desató una batahola entre varios jugadores.Por: Oscar Rubén Barnade

LA CHISPA. Desábato lo encara a Abbondanzieri. (Marcelo Genlote)
mas informacion
El Pato, duro: "Desábato tiene sus problemitas"
La escena violenta, el desenlace, poco tiene que ver con el juego, con eso que llevó a este Estudiantes a pelear por la Copa Libertadores y el torneo local hasta el final. Esta eliminación, con escándalo, opaca la imagen de un equipo que supo lucir hasta donde le dio la nafta, hasta esos minutos finales del partido que trajeron, inevitable, el gol del Inter, el de la eliminación. Leandro Desábato encaró a Roberto Abbondanzieri, le tiró un cabezazo, Lauro, el arquero suplente, se metió a golpear a cuanto pasara cerca, los jugadores empezaron a correr y fue todos contra todos. La imagen, pobre, duró unos pocos minutos, pero manchó la noche, al margen del golpe por este 2 a 1 con sabor a derrota para el campeón.

Hizo casi todo bien Estudiantes. Al menos, hasta que las piernas respondieron. Esa función de Verón, en buena parte del encuentro, bien puede anunciar al volante que -al menos desde las intenciones- tendrá el seleccionado argentino en Sudáfrica. Ordenador del juego, punzante en cada pase, pensante en la decisión del último toque y sacrificio para poner energía a todas y cada una de las pelotas a disputar. Con esa bandera como estandarte, a Estudiantes se le simplificó una ecuación que, de entrada, asomó como algo más complicado. En la jerarquía, es ese balón cruzado de mitad de cancha para que Leandro González ingresara por detrás de la defensa y anotara el primer gol -siempre el más difícil de la serie- quedó en exposición la capacidad de este calvo de piernas largas que juega muy bien con la cabeza.

De esa emoción, luego torbellino por encanto natural entre el público y los jugadores, nacieron esos tres minutos donde el equipo de Alejandro Sabella se volvió a poner la ropa de candidato. Enzo Pérez tomó la pelota por la derecha, miró el arco y la clavó en el ángulo desde el vértice del área. Un golazo, tremendo, para enmarcar por siempre, al margen de la protesta de los futbolistas del Inter porque, en el momento del remate, había dos balones en el campo de juego (aunque de ningún modo confundieron la escena de la jugada). Con eso, con el sacudón de calidad técnica y prestigio, Estudiantes sacó la diferencia necesaria para acceder a la semifinal. Para soñar otra vez con un título internacional.

El desarrollo, que antes y después de los goles fue bastante similar, el conjunto brasileño encontró pocos caminos para llegar hasta Agustín Orion. Porque Andrés D'Alessandro nunca dio con un socio de ataque, porque apenas alguna intención individual de Alecsandro -un remate que Orion tapó en dos tiempos- y aventuras que no llegaron a generar peligro en acción elaborada, pero sí en un tiro libre de Andrezinho que atajó el arquero. Era escasa la oferta de Inter, pero sí una señal de alarma que Estudiantes entendió desde el comienzo del segundo tiempo, cuando Marcos Angeleri reemplazó a Leandro González para jugar con cinco defensores.

Los argumentos para entender las modificaciones de esquema y propuesta en este equipo nacen, inevitablemente, del cansancio por esa apuesta a la doble competencia. Esos 29 partidos en 111 días, demasiado para el aguante al que se aferró en casi todo el segundo tiempo. Se metió atrás, para acertar en una contra y liquidar la serie, pero no fue agresivo en ataque -apenas un tiro de José Sosa que pasó cerca- y el conjunto brasileño, que esperó el momento, se decidió a ir cuando vio que el local empezaba a quedarse sin aire, sin tenencia de la pelota, sin nada. De todos modos, en la generación de juego nadie era capaz de imaginar un gol. Incluso, los hinchas habían largado los festejos a puro humo, a bengala abierta detrás de Orion. El arco se veía nublado cuando Giuliano le pegó cruzado y el balón tocó la red. Y el silencio.

El cero en ofensiva que se sacó en Porto Alegre le pasó factura. La eliminación trajo dolor. Y bronca. Y golpes. Y escándalo al final.

lunes, 17 de mayo de 2010

LADISLAO MAZURKIEWICZ UN SIMBOLO


El arco estuvo en buenas manos
JOSÉ MASTANDREA
El arco de Uruguay en las Copas del Mundo siempre estuvo en buenas manos. Las selecciones celestes se destacaron por varias figuras, pero sus arqueros causaron admiración ya desde el Mundial de 1930 disputado en Montevideo.

El Uruguay bi-campeón olímpico tenía un candado en el arco. Andrés Mazzali era un adelantado en el puesto, un verdadero atleta que había elegido atajar. Y lo hizo en forma espectacular. En 1919 debutó en Nacional donde jugó 267 partidos. Fue un innovador, jugaba fuera del área, era arrojado en las salidas y tenía grandes reflejos. De hecho, fue campeón sudamericano en 400 metros vallas en 1920 y jugando para Nacional, anotó 12 goles ya que en algunos encuentros jugó como delantero.

Fue Campeón Olímpico en 1924 (Colombes) y 1928 (Amsterdam) pero se quedó sin el Mundial de 1930 por un hecho extra deportivo. Dejó la concentración celeste, y fue dejado de lado por el entrenador que nominó a Enrique Ballestero, el gran arquero del momento, que defendía el arco de Rampla Juniors. Sin las características de Mazzali, Ballestero se transformó en una tenaza. Era un arquero con estilo propio, mucho más de arco que de área, pero brindaba seguridad en cada una de sus intervenciones.
Sus manos sostuvieron la victoria de Uruguay sobre Argentina en la recordada final de 1930. Fue el primer gran arquero campeón del mundo con la celeste.

Tuvieron que pasar veinte años para volver a ver a Uruguay en un Mundial. Fue en 1950, en la Copa del Mundo de Brasil, donde la celeste llegaba a defender el título.

Fue el año de la mayor hazaña en la historia del fútbol.

El triunfo de Uruguay sobre Brasil en la final, aún hoy se recuerda como el `Maracanazo` y mucho tuvo que ver en esa hazaña Roque Gastón Máspoli, el arquero que ocupó el arco uruguayo. Tenía 33 años, era guapo, corpulento y decidido. Se había iniciado en las inferiores de Nacional, pasó por Liverpool y se destacó en la Primera de Peñarol.

Máspoli también terminó siendo figura en el Mundial de Suiza en 1954, donde la celeste cayó en un inolvidable partido ante Hungría por 4 a 2, tras haber empatado 2-2 en los 90 minutos.

El arco celeste, seguía en buenas manos. Y nadie mejor que Roberto Sosa, "el meta carolino" para defender el prestigio de los arqueros uruguayos en la Copa del Mundo de Chile 1962. Ágil, volador, seguro, fue uno de los puntos altos de un equipo que no se lució.
Sosa marcó una época en el arco de Nacional. Fue ídolo en un puesto donde abundan más las críticas que los elogios. Roberto Sosa fue otro de los enormes arqueros de Uruguay.

Cuatro años después, un joven de tan sólo 20 años, desafiaba a los ingleses en pleno Wembley. Ladislao Mazurkiewicz, figura del Peñarol Campeón de América y del Mundo, enmudeció a los aficionados londinenses en el debut de Uruguay ante Inglaterra en la Copa de 1966.

Todo vestido de negro, con un físico privilegiado y unos reflejos extraordinarios, atajó todo lo que llegó y mantuvo el cero en su valla.
Fue el inicio de la era Mazurkiewicz. También fue clave en el Mundial de México `70 y en la Copa del Mundo de Alemania en 1974.
Con tres mundiales a cuestas y unas performances brillantes, hasta el propio Lev Yashin, el notable arquero ruso, lo nombró heredero de su trono.

En 1986, otra vez en México, apareció una nueva figura en el arco celeste. Fernando Álvez, para muchos, la copia exacta de Mazurkiewicz. Por estilo, por ubicación, por hacer simple el tiro más difícil.
Tuvo una actuación fantástica en el debut ante Alemania y después sucumbió a la goleada dinamarquesa en tarde fatal de los celestes. Pero pese a esos 6 goles, no fue culpable.
De Álvez 1990, a Fabián Carini 2002, hubo un traspaso de posta silencioso y casi idéntico al que había sucedido con Mazurkiewicz.
Carini fue pilar durante el Mundial de Corea-Japón y defendió como nadie el prestigio de los arqueros uruguayos.

Hoy le toca el turno a otro joven con cara de niño. Igual que Mazurkiewicz, que Álvez y que el propio Carini, Fernando Muslera tendrá que cargar con todo el peso de la historia. Es producto de esa escuela de arqueros uruguayos que brilló en cada uno de los mundiales.

Por algo, el arco de la celeste, siempre estuvo en buenas manos.
Lev Yashin: "El mejor del mundo es Mazurkiewicz, de Uruguay", dijo el guardameta ruso cuando se retiró y nombró como heredero al `Chiquito`.
Mazurkiewicz
Ladislao Mazurkiewicz nació en Piriápolis, Uruguay, hace 65 años. Jugó las Copas del Mundo de 1996, 1970 y 1974. Fue considerado el mejor arquero del mundo.

Roque Gastón Máspoli
Roque Gastón Máspoli fue uno de los pilares en la selección uruguaya que lograra el `Maracanazo` de 1950 en la Copa del Mundo en Brasil. Arquero con gran seguridad y enorme porte físico. Jugó el Mundial brasileño con 33 años. En 1954, en la Copa del Mundo disputada en Suiza, volvió a ser de las figuras más destacadas de la selección uruguaya. Un año más tarde, colgaba los zapatos y se retiraba del fútbol con 37 años. Fue arquero en las divisiones juveniles de Nacional y Liverpool, pero debutó en Primera División en el arco de Peñarol.

Fernando Álvez
Fernando Harry Álvez nació en Montevideo, Uruguay, hace 49 años. Defendió el arco de la selección uruguaya en los Mundiales de México 1986 e Italia 1990.

Fernando Muslera
Fernando Muslera cumplirá 24 años en pleno mundial Sudáfrica 2010. Se ganó el puesto después de tener destacadas actuaciones en el arco de la Lazio de Italia. Había debutado en Wanderers, con apenas 18 años. Pasó a Nacional, donde actuó una temporada, y pasó al fútbol italiano. Hoy es el arquero titular de Uruguay por derecho propio

viernes, 7 de mayo de 2010

UN RECUERDO MERECIDO Y EMOCIONANTE




Rumbo al Mundial 2010


Obdulio. FIFA lo destacó en su página

La página oficial de la FIFA destacó al "Negro Jefe" en su sección de jugadores legendarios. "Este volante aguerrido y con voz de mando resultó vital. Desde su rol de líder, con la cinta sobre el brazo, se encargó de manejar psicológicamente la final más emblemática de la historia", escribieron sobre Obdulio Varela, el capitán uruguayo en la gesta de Maracaná 1950.
Es para sentirse orgulloso como uruguayo. Pero es lamentable que una institución como F.I.F.A. cometa dos errores de apreciación en tan corto texto de distinción. En el año 1950 futbolísticamente no se conocía el término "volante". Era un término netamente automovilístico. OBDULIO JACINTO VARELA, se desempeñaba en el puesto de Centre-half. Término inglés que en la traducción significaba centro de la línea media en la clásica formación de MW, representando el dibujo táctico más utilizado en esa época. Y otra que quien elogia no debe saber, es que la cinta de Capitán, en esos años, no existía. Tampoco están obligados los escribas modernos de la Institución "madre" del fútbol, a conocer tantos detalles. Quizás tampoco sepan que la Copa que se disputaba en esa época era la Jules Rimet.
De todas formas el recuerdo supera las formas.

NO TE AGRANDES CHACARITA TEN CUIDADO QUE LOS FOSFOROS NO SE ENCIENDAN


Borghi le dio cátedra de ubicación a "La Brujita"


BUENOS AIRES.- Todos se preguntan qué le pasa a Juan Sebastián Verón. Primero cuestionó a Angel Cappa y ahora criticó a Argentinos por las dimensiones del campo del estadio "Diego Maradona". "Por lo menos tenemos cancha. Y si no es más grande es porque no tenemos más espacio físico. Me da gracia los que la critican", respondió con altura Claudio Borghi, técnico del "bicho".

"La Brujita" recurrió a una ironía al señalar que Argentinos tenía una caja de fósforos como cancha y por eso ganaba algunos partidos. "Me divierte muchísimo de lo que hablan, sobre todos los que no tienen estadio propio y tienen que salir a alquilar uno ajeno para poder jugar hasta la Copa Libertadores", comentó Borghi, que está muy identificado con Argentinos Juniors.

El "bicho" está obligado a vencer a Independiente si pretende seguir teniendo chances de pelear por el título. Para el encuentro, el entrenador no podrá contar con Ismael Sosa, que por una cuestión contractual no podrá enfrentar a su ex club. Nicolás Pavlovich es el gran candidato a reemplazarlo.

El irónico jugador estudiantil con muchas condiciones futbolísticas a nivel local, debería ser un poco más modesto en sus apreciaciones. No debe olvidarse que el participó del "naufragio" de la Selección Argentina en el año 2002. Ha pasado mucha agua por debajo de los puentes, pero los mismos recuerdan el paso de esa agua contaminada.