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Riquelme por un lado...y Palermo por el otro
En los festejos de los goles se evidenció el clima hostil entre ambos; Riquelme ni se acercó a saludar a Martín y corrió para otro lado, solo; el nueve, en cambio, sí se abrazó cuando Román marcó su tanto
La tarde noche en la que Palermo alcanzó a Roberto Cherro como máximo goleador histórico quedará salpicada para él por un festejo que escondió -o no- algo de bronca acumulada. Bronca por la sequía que postergó esta alegría y porque su distanciamiento con Román hizo que el Diez, que le dio el pase gol, ni se acercara para saludarlo o felicitarlo por el logro.
En cambio, cuando Riquelme marcó su tanto, el tercero de Boca, Palermo sí se acercó y lo abrazó en el festejo.
Tras la derrota ante Colón, Palermo había pedido que tomen decisiones, en alusión, supuestamente, a separar a Román del plantel, para permitir, entre otras cosas, que llegara Barros Schelotto como director técnico.
En los festejos de los goles se evidenció el clima hostil entre ambos; Riquelme ni se acercó a saludar a Martín y corrió para otro lado, solo; el nueve, en cambio, sí se abrazó cuando Román marcó su tanto
La tarde noche en la que Palermo alcanzó a Roberto Cherro como máximo goleador histórico quedará salpicada para él por un festejo que escondió -o no- algo de bronca acumulada. Bronca por la sequía que postergó esta alegría y porque su distanciamiento con Román hizo que el Diez, que le dio el pase gol, ni se acercara para saludarlo o felicitarlo por el logro.
En cambio, cuando Riquelme marcó su tanto, el tercero de Boca, Palermo sí se acercó y lo abrazó en el festejo.
Tras la derrota ante Colón, Palermo había pedido que tomen decisiones, en alusión, supuestamente, a separar a Román del plantel, para permitir, entre otras cosas, que llegara Barros Schelotto como director técnico.
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